Se había predicho que Narsil no se la volvería a forjar hasta que el Anillo Único no reapareciera, lo cual los Sabios deseaban que no ocurriera nunca. Pero miles de años después, Faramir y Boromir tuvieron un sueño en el que se les decía que, junto con la reaparición del «Daño de Isildur» se volvería a forjar la espada que estuvo rota y «el descoronado sería de nuevo rey». La respuesta al enigma la halló Boromir en Rivendel. Allí la espada fue forjada de nuevo, al final de la Tercera Edad, para Aragorn, recibiendo entonces un nuevo nombre: Andúril, palabra Sindarin que puede traducirse como «Llama del Oeste». Aragorn llevó consigo la espada durante la Guerra del Anillo, esgrimiendo a aquella que había sido quebrada durante la guerra contra Sauron, y que, ahora que el Anillo había regresado, volvía a su vez para vencer de nuevo a la Oscuridad.
Ninguno de los textos de Tolkien señala, sin embargo, si el hijo de el rey Elessar, Eldarion, recibió la espada en herencia tras la muerte de Aragorn, o si recibió la espada elfica Glamdring, que Gandalf había dejado en custodia de Aragorn cuando partió a las Tierras Imperecederas.
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