Narsil (en quenya Luna-Sol) es el nombre de una espada ficticia que aparece en las obras del escritor británico J. R. R. Tolkien, principalmente en la novela "El Señor de los Anillos".
Según la tradición, la forjó el herrero enano Telchar en Nogrod, una de las ciudades enanas de las Montañas Azules de la Tierra Media, durante la Primera Edad.
A finales de la Segunda Edad, Narsil fue empuñada por Elendil el Alto, rey de Arnor y Gondor tras la caída de Númenor, en la Guerra de la Última Alianza contra los ejércitos de Sauron. En la batalla final al pie del Monte del Destino, tras la muerte de Gil-Galad (último Rey Supremo de los Noldor) a manos de Sauron, Elendil atacó enfurecido a Sauron, si bien acabaría muerto, y la espada, partida bajo el peso de su cuerpo al caer. Isildur, hijo de Elendil, derribó a Sauron y le cortó el dedo en el que lucía el Anillo Único con la hoja de la empuñadura.
Los fragmentos de Narsil fueron llevados al Norte, junto con el Anillo, por Isildur, si bien éste cayó en una emboscada de los orcos en lo que se llamó el Desastre de los Campos Gladios. El Anillo se perdió en el río Anduin, pero los fragmentos de Narsil fueron llevados a Rivendel por Ohtar, el escudero de Isildur y uno de los tres únicos supervivientes de la emboscada. Los fragmentos de Narsil fueron desde entonces heredad del reino de Arnor, hasta el final del reino, tras lo cual los Capitanes de los Dúnedain, descendientes de los reyes de Arnor, conservaron los fragmentos en Rivendel.
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